Eso dicen los informes de tendencias: una nueva ola de bienestar está bañando las últimas opciones de consumo. Porque queremos sentirnos bien, a toda costa, y la cosmética sensorial es capaz de darnos mucho placer. Aromas terapéuticos que nos evaden y nos transportan a lugares lejanos. Espumas o aceites que nos acarician y nos invitan a practicar la más absoluta auto indulgencia.
La multisensorialidad se está apoderando de la belleza. Algo que comenzó casi como un juego con el advenimiento de la K-Beauty hasta convertirse en casi una obligación. Texturas transformantes capaces de transmitir emociones, productos híbridos o formulaciones inteligentes de efecto ‘wow’. Un reto atrevido a nivel formulativo que convierte la rutina de belleza en toda una experiencia lúdica.
“La cosmética sensorial se obtiene mayoritariamente por el aroma, por la textura y por la sensación que deja sobre la piel”, comenta el Dr. Pedro Catalá. “Cuando formulo, siempre tengo en mente una piel sensible, por ello me decanto más por texturas novedosas con ingredientes que sean altamente compatibles y se fundan en contacto con la piel que por aromas que, en muchas ocasiones, están repletos de alérgenos, incluso a bajas dosis”, concluye.
Limpieza: la categoría más performance
Polvos que se convierten en espuma, jabones que se vuelven efervescentes o bálsamos que pasan de manteca a emulsión ligera con tan solo unas gotas de agua. Sin duda, la limpieza es la categoría que más alegrías nos está dando en la nada desdeñable tarea de sorprendernos
Clementine Cleansing Balm es el ejemplar perfecto para convertir la rutina diaria en un completo ritual de bienestar. Su rica textura deja la piel increíblemente suave. Esto lo consigue ya que está formulada con lípidos apolares libres de cargas eléctricas que atrapan al instante todo tipo de suciedad, siguiendo un proceso de hidrogenación para conseguir esa textura densa tan sensorial.
El punto clave de este suculento bálsamo es su reconfortante aroma a aceite esencial de clementina natural. Esta joya botánica actúa a dos niveles: por su acción terapéutica en la piel (es antibacteriano y despeja las pieles congestionadas o con impurezas); y sus beneficios aromacológicos, ya que revivifica, nos da aliento, calma la tensión nerviosa y mitiga el insomnio. Esto convierte a Clementine Cleansing Balm en el producto perfecto para el ritual de cuidado nocturno.
El fuerte de la novedosa Charcoal Peace Calming Cleanser, es su innovadora textura camaleónica que nos deleita en tres fases: el bálsamo negro profundo se aligera en cuanto se masajea en la piel revelando su combinación de aceites bio-compatibles, que evoluciona a suave leche desmaquillante cuando se emulsiona con agua.
Texturas oleosas, en el pináculo de la sensualidad
En el plantel de ingredientes con los que poder experimentar para darnos placer, sin duda, los aceites, se llevan la palma. Su viscosidad arrulladora de increíble afinidad con la piel, y su caricia táctil, nos incitan a auto-descubrirnos explorando nuestra propia piel. Y aunque todos resultan deliciosos, hay algunos que, por la manera en la que están formulados, se convierten en una sorpresa para los sentidos.
Como Hyaluroil Lip Treatment, uno de los productos más premiados de Twelve Beauty por su increíble organoléptica, es otro ejemplo para demostrar que no es necesario el uso de perfumes o fragancias para que un producto nos epate. Su rica pero liviana textura y su fácil aplicación gracias al sistema roll-on, eleva el tratamiento de labios a otro nivel.
La textura evanescente de Reverent Antioxidant Dry Body Oil, es otro gran ejemplo. “Su aroma me recuerda a los preparados de los antiguos boticarios, como el alcohol alcanforado, que se elaboraba para calmar dolores musculares”, añade Pedro Catalá. Reverent Antioxidant Dry Body Oil no contiene alcanfor (altamente irritante), pero su mezcla de canela, jengibre y cúrcuma resulta igualmente balsámica. El análisis fotoquímico de estos aceites esenciales, ha mostrado una elevada cantidad de compuestos que ayudan a mejorar la microcirculación y activar el drenaje linfático.
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