La extremada pureza que requiere la denominada ‘Clean Beauty’, con productos respetuosos con la salud de la piel y el medio ambiente, a base de ingredientes saludables, implica ciertos retos. Por ello, formular en pequeños lotes, la eleva a un nivel superior. Reduce la necesidad de incluir grandes cantidades de conservantes en la fórmula, lo que la convierte en la opción más segura para pieles intolerantes, sensibles y delicadas. Además de garantizar el máximo de integridad y potencia de cada fórmula.
Recetas frescas que capturan la esencia de lo silvestre, ese ‘raw’ tan tendencia en su concepción más pura, casi como aplicar elementos vivos que la piel acepta como si fuesen parte de su propia estructura. Twelve Beauty combina la sabiduría ancestral de las plantas con la ciencia cosmética moderna. Cada producto se elabora a mano en pequeños lotes en un pequeño laboratorio meticulosamente mantenido.
Los ingredientes elegidos: aceites y mantecas vegetales, ricos en antioxidantes, y extractos botánicos, cuidadosamente seleccionados, que ayudan a que la piel funcione mejor. En algunos, se sustituye el agua por extractos de rosa damascena y de avena orgánicos, como en Dara’s Water, destilados exclusivamente para Twelve Beauty en Italia bajo encargo. Unas aguas botánicas orgánicas que se mezclan luego en pequeños lotes, hechos bajo pedido, en el estudio de la marca en España.
The London Mask, un tributo a Londres con lista de espera
The London Mask, es uno de los productos emblemáticos de Twelve Beauty, porque representa como ningún otro esa esencia de la labor del antiguo boticario, que elaboraba sus elixires “a golpe de mortero”. Un tributo a Londres, por ser un producto fascinante para eliminar el exceso de polución urbano que se queda oculto en los poros. Y, para ello, nada mejor que las arcillas, esas tierras curativas que absorben con destreza toda toxina que se encuentren por el camino.
“Siempre he sido un fan de los beneficios de las arcillas, pero quería evitar a toda costa ese efecto de tirantez y sequedad que dejan después de su aplicación”, aclara Pedro Catalá, alma mater de Twelve Beauty. “Para ello, estudié su mecanismo de absorción y diseñé un método manual, para crear una emulsión con un núcleo de arcillas, pero que en las capas superficiales, hubiera otros ingredientes calmantes y emolientes que entrasen en contacto directo con la piel”.
“De esta manera, con The London Mask nos aprovechamos de los beneficios de la arcilla, pero sin sus ‘efectos secundarios’. Es un método manual, como se elaboraban en las antiguas farmacias, ya que si se elaborara de manera mecánica, las arcillas acabarían absorbiendo el resto de aceites de la formula y dejarían una piel poco suave e incluso ligeramente irritada en algunos casos”, concluye.
El proceso en total dura tres días y se consiguen, aproximadamente, 50 unidades. Esa es la razón por la que este codiciado producto suele tener lista de espera.
Hyaluroil Lip Treatment, el labial sin pretensiones más premiado
Se podría decir que Hyaluroil Lip Treatment, es uno de los estandartes de la Clean Beauty, y no solo por los numerosos galardones que atesora, sino porque encierra en sí mismo todo lo que un cosmético limpio podría aspirar a ser. Su desafío: mezclar ingredientes inmiscibles entre si, sin la ayuda de ningún emulsionante, una hazaña formulativa que terminó siendo un éxito.
Una combinación de aceites acondicionadores y regenerantes, con manteca de cupuaçú, la joya de la selva amazónica, rica en polifenoles, que aporta un confort inmediato. Y por otro lado, ácido hialurónico y raíz de konjac, que son hidrosolubles. “Para conseguirlo, encapsulé el acido hialurónico y el polvo de konjac en liposomas de manera artesanal.
Un proceso pausado que tarda unas 24 horas. Posteriormente, se van mezclando muy lentamente con los aceites, de esta manera no precipita con el tiempo. Esta mezcla es importante hacerla lentamente durante todo el proceso. Es la ventaja de los micro lotes, ya que, con menos unidades es mas fácil controlar la producción y asegurarte de que es un producto estable en el tiempo”, comenta Pedro Catalá.
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