Anoche estaba revisando una de las últimas fórmulas que verá la luz este año y de repente me di cuenta de lo mucho que disfruto traspasando los límites de la cosmética natural para crear productos únicos para el deleite de tu piel.
Siempre me gusta hablar de cosmética nicho; de hecho, mis fórmulas van dirigidas a personas que se toman el cuidado de la piel en serio y entienden el porque de cada ingrediente que elijo. No se necesitan conocimientos de química para usarlos, pero si es cierto que todos aquellos que las disfrutamos, tenemos un denominador común: un científico interior con ganas de saber más. Y es por esa mezcla de curiosidad y entusiasmo que nos ha llevado a crear una comunidad que cree, como yo, que “la formulación de productos naturales es una ciencia, no un experimento”.
Estas son mis cinco reglas de oro sobre lo que tengo en mente a la hora de formular:
– La seguridad es lo primero: es primordial comprender las dosis máximas, las posibles interacciones con otros ingredientes y la estabilidad de la fórmula durante un período de tiempo sin signos de degradación.
– La comunidad Twelve Beauty es más exigente, por eso tengo que salir de mi zona de confort y buscar ingredientes performantes que no son comunes pero que están respaldados por la ciencia y por supuesto provienen de fuentes acreditadas.
– No hay prisa por lanzar un nuevo producto. Hay que tomarse el tiempo para formular, cosa que puede verse como una pérdida de oportunidades comerciales, pero se necesitan meses, si no años, para dar los toques finales. En mi caso se trata siempre de lanzar un producto de cosmética natural que sea seguro pero eficaz.
– Los lotes pequeños funcionan mejor. Y cuando digo pequeño, me refiero incluso a 50 unidades al mes, como The London Mask. A lo largo de los años, intenté aumentar la producción para satisfacer la demanda o incorporar nuevas tiendas distribuidoras. Permitidme esta confesión, Fallé (con F mayúscula) cada intento que hice. El control sobre la calidad en pequeños lotes es incomparable. Por lo que he visto, la textura, el aspecto, la estabilidad que obtengo en pequeños lotes no tiene nada que ver si la comparo cuando preparo mayores volúmenes.
– Nunca comprometer la calidad. Hay que ser siempre generoso con las dosis, no se trata de hacer una lista larga de ingredientes, se trata de elegir lo que funciona para la fórmula y añadirle mucho, mucho, mucho amor.
