Por qué no deberías usar el protector solar del año pasado

Por qué no deberías usar el protector solar del año pasado

Si hay una regla de cuidado de la piel que merece ser sagrada, es esta: usar protector solar todos los días es una de las mejores estrategias antiedad que existen. Más eficaz que cualquier sérum o crema con ingredientes del momento. Pero con la llegada de una nueva temporada de sol y vida al aire libre, muchas personas siguen usando el protector solar del año pasado, sin saber que podría estar haciendo más daño que bien.

Una encuesta reciente realizada por SAFE en cinco países y con más de 6.000 participantes reveló que el 57 % de las personas admite usar el mismo protector solar año tras año. Esa cifra no solo es preocupante: es una señal clara de que muchos estamos ignorando la ciencia que hay detrás del SPF. El protector solar, como cualquier otro cosmético, tiene fecha de caducidad. Y cuando esa fecha pasa, también lo hace su capacidad de protección.

Aquí te explicamos por qué usar el protector solar del año pasado es un error – y qué debes saber para mantener tu piel protegida este verano.

Tu crema solar no es eterna - Y su protección tampoco

El protector solar está formulado con filtros UV activos, emulsionantes, emolientes, conservantes y otros ingredientes funcionales. Todos estos trabajan en sinergia para absorber o reflejar la radiación ultravioleta del sol, protegiendo la piel del envejecimiento prematuro, las quemaduras solares, la hiperpigmentación y, potencialmente, del cáncer de piel.

Pero, como cualquier producto cosmético, la crema solar sufre degradación con el tiempo. Una vez abierto, empieza la cuenta atrás: la exposición al oxígeno, la luz, el calor e incluso tus propios dedos puede disminuir poco a poco su eficacia.

Así que cuando usas el fotoprotector del verano pasado, aunque parezca estar bien, estás aplicando un producto cuya protección ya no es fiable.

dejar de usar la crema solar del año pasado

La degradación de ingredientes: Una ruptura silenciosa

Una de las razones más importantes para no usar el protector solar del año anterior es la degradación de sus ingredientes activos, especialmente los filtros UV.

Lo que muchas personas no saben es que formular un protector solar eficaz y estable es extremadamente complejo. Los filtros UV – ya sean químicos o minerales – son notoriamente difíciles de incorporar. No se añaden como un perfume o un extracto botánico; cambian completamente la estructura y el comportamiento del producto. Y suelen hacer que la fórmula sea más propensa a la inestabilidad, la separación o la degradación con el tiempo.

Los filtros químicos

Los filtros químicos como avobenzona, octinoxato y oxibenzona actúan absorbiendo los rayos UV y convirtiéndolos en calor. Pero son muy inestables. Por ejemplo, la avobenzona empieza a degradarse al exponerse al sol si no se estabiliza cuidadosamente con ingredientes como el octocrileno. Y si se guarda en un lugar cálido, como una bolsa de playa o al lado de una ventana soleada, estos filtros pueden deteriorarse mucho, volviendo el producto poco fiable.

Los filtros minerales

Los filtros minerales como el óxido de zinc y el dióxido de titanio suelen ser más fotostables, pero presentan sus propios retos. No son ingredientes simples: se trata de altas concentraciones de polvos que deben dispersarse de forma homogénea en una emulsión. Esto requiere técnicas de formulación avanzadas y recubrimientos especiales para asegurar la estabilidad a largo plazo. Si no están correctamente recubiertos o la fórmula se desestabiliza, pueden provocar reacciones fotocatalíticas al exponerse al sol, generando radicales libres que degradan los aceites, emulsionantes y antioxidantes de la fórmula.

En resumen, el protector solar es uno de los productos cosméticos más difíciles de formular y también uno de los más vulnerables al paso del tiempo, al calor y a la exposición.

los protectores solares se degradan con el tiempo

La fecha de caducidad existe por un motivo

Todo protector solar vendido en la UE debe cumplir con normativas cosméticas estrictas, incluyendo una fecha de caducidad o el símbolo de PAO (Periodo Después de la Apertura). Este pequeño icono – un tarro abierto seguido de “6M” o “12M”- indica cuántos meses el producto permanece seguro y eficaz tras abrirlo.
Por ejemplo, si tu hidratante con SPF50+ indica 12M y lo abriste en abril del año pasado, ahora ya ha caducado. Eso significa que el fabricante ya no puede garantizar su eficacia y usarlo podría dejar tu piel peligrosamente expuesta.

Recuerda: el PAO empieza a contar desde la primera apertura, y asume condiciones de almacenamiento ideales. Las altas temperaturas – como en una bolsa de playa, en la guantera del coche o incluso en el baño durante el verano – aceleran la degradación y pueden acortar ese plazo considerablemente. Si el producto está sin abrir, busca la fecha de caducidad impresa en el envase. En cualquier caso, el reloj está en marcha desde la fecha de fabricación del producto.

Un mal almacenamiento acelera la degradación

Aunque la fecha en el envase indique que tu SPF aún está en buen estado, el modo en que ha sido almacenado influye enormemente en su estabilidad real.

Dejarlo en el coche, exponerlo a la luz solar directa o guardarlo en un baño húmedo provoca inestabilidad térmica y lumínica. El calor puede hacer que la emulsión se separe, que los aceites se enrancien y que los filtros UV se degraden rápidamente.

Esto es especialmente cierto en protectores solares naturales o minerales, pero también se aplica a cualquier fórmula SPF. Una vez que ha sido sometido a temperaturas fluctuantes o esté mal cerrado, ya no es un producto en el que puedas confiar, Independientemente de la marca.

guarda tu fotoprotector en un lugar fresco y seco, lejos de fuentes de calor

Protección incierta = Mayor riesgo

Existe un mito peligroso que dice que, si un protector solar no ha cambiado de color o aroma, todavía sirve. Pero eso no es cierto. A diferencia de los alimentos en mal estado, un SPF caducado no siempre da señales visibles.

El verdadero problema es que ya no sabes cuánta protección estás recibiendo. Lo que antes era SPF50 puede haberse reducido a SPF20. O menos. Eso genera una falsa sensación de seguridad y puede aumentar el riesgo de quemaduras, daños en el ADN (en las células de la piel), pigmentación, arrugas y deterioro cutáneo a largo plazo.

Aplicar la crema solar del año pasado puede parecer responsable, pero en realidad podrías estar completamente desprotegido.

El riesgo oculto: Irritación y reacciones alérgicas

A medida que los ingredientes de la crema solar se degradan – especialmente por la luz solar, el calor y el oxígeno – su composición química cambia. Esto puede provocar reacciones inesperadas en la piel, incluso si antes te iba bien.

Un fotoprotector caducado o mal almacenado puede contaminarse, volverse inestable o causar irritación, sobre todo en pieles sensibles o reactivas. Los perfumes pueden oxidarse, los aceites pueden enranciarse y los conservantes pueden fallar. ¿El resultado? Enrojecimiento, escozor, erupciones… todo causado por un producto que debía protegerte.

Un fotoprotector caducado puede causar irritación

Químico vs Mineral: ¿Cuál se degrada más?

Es un mito común pensar que los protectores solares minerales no caducan. Aunque los filtros químicos se degradan con mayor facilidad si no están bien estabilizados, los protectores solares minerales también enfrentan desafíos de estabilidad.

Filtros como el óxido de zinc y el dióxido de titanio son más resistentes, pero mantener una dispersión uniforme y estable de estas partículas, sobre todo en altas concentraciones necesarias para SPF elevados, es complicado. Al exponerse al sol, estas partículas también pueden provocar reacciones que degradan otros ingredientes si no están bien estabilizadas.

Aunque los antioxidantes y emulsionantes ayudan, ninguna fórmula está diseñada para durar indefinidamente, y menos aún de un año a otro.

¿Y los fotoprotectores híbridos?

Los fotoprotectores híbridos, que combinan filtros químicos y minerales, presentan una complejidad añadida. Algunas investigaciones sugieren que el óxido de zinc puede interactuar y degradar ciertos filtros químicos, complicando aún más su estabilidad a largo plazo.

Por eso muchos formuladores optan por usar filtros separados o crear fórmulas con emulsionantes y emolientes avanzados. Pero incluso así, la frescura sigue siendo clave.

Cómo saber si tu crema solar ha caducado

¿Cómo saber si tu crema solar ha caducado?

¿Dudas si puedes seguir usando tu protector solar del año pasado? Estas señales indican que ha llegado el momento de decir adiós:

  • Se ha separado, vuelto líquido o presenta grumos.
  • Tiene un olor rancio o agrio.
  • Ha cambiado de color.
  • Ha pasado la fecha de caducidad o PAO.
  • Ha estado expuesto al calor o al sol.
  • Te produce irritación o escozor al aplicarlo.

En caso de duda, para de usarlo. Tu piel se merece algo mejor que la incertidumbre.

Cómo almacenar tu protector solar para que dure más

  • Para sacar el máximo partido a tu SPF durante la temporada:
  • Guárdalo en un lugar fresco y seco, lejos de fuentes de calor.
  • Mantén el envase bien cerrado para evitar la entrada de aire y humedad.
  • Protégelo del sol directo: envuélvelo en una toalla o guárdalo en una nevera portátil en la playa o la piscina.
  • Revisa la fecha de caducidad y anota la fecha de apertura si lo necesitas.
  • Úsalo generosamente y reaplica cada dos horas. Así aseguras una buena protección y lo terminarás antes de que caduque.

La mejor manera de no depender de la crema solar del año pasado es usarlo de forma constante y abundante. Y si al final de tus vacaciones o de la temporada te queda algo, no lo guardes: compártelo con la persona que tengas al lado en la playa o en la piscina. Todos merecen estar bien protegidos, y así te aseguras de que se aproveche antes de que pierda su eficacia.

No juegas con la salud de tu piel

En Twelve Beauty, creemos que el cuidado de la piel debe ser eficaz, honesto y seguro. Por eso formulamos nuestro SPF Artemisia Power Protection Moisturiser SPF50+ y su versión con color con filtros minerales no nano y sin recubrimiento, seguros tanto para pieles sensibles como para el medio ambiente. Pero incluso las mejores fórmulas deben usarse dentro de su vida útil. Ningún SPF – ni siquiera el nuestro – es inmune al paso del tiempo, al calor ni a la exposición.

Conclusión

El protector solar no es un producto para acumular. Es un producto para usar. El sol no se toma vacaciones, y tu SPF tampoco debería. Pero para mantener tu piel sana, luminosa y protegida, necesitas trabajar con una fórmula fresca y eficaz. El protector solar del año pasado aún puede estar en tu armario, pero lo que promete en la etiqueta ya no se cumple.

Si te tomas en serio la protección contra el envejecimiento, las quemaduras o el daño solar, empieza cada temporada con un nuevo envase. Elige filtros minerales de calidad. Guárdalo correctamente. Y, sobre todo, úsalo a diario.

Tu piel te lo agradecerá – este año y todos los que vienen.

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