Si hay una clara vencedora en el ranking de las tendencias, esa es la sostenibilidad. Aunque más que una ‘hot trend’, es todo un estilo de vida, el credo de la nueva era, un reto para la industria de la belleza y una esperanza para el resto de la humanidad. Porque el consumidor de a pie ni se plantea adquirir productos que no sean responsables con la salud personal, la del medioambiente o el desarrollo de comunidades vulnerables.
Reducir la huella hídrica, transformar ingredientes de deshecho provenientes de otras industrias, como la alimentaria, en activos de alto valor cosmético (lo que ahora se denomina corriente Up-Cycling), apostar por el ‘zero waste’, rechazando el uso de plásticos, o evitar el uso de ingredientes raros y escasos para no forzar su extinción, son las premisas ineludibles de la nueva cosmética. Porque no debería ser una tendencia, sino una obligación.
Hay marcas que piensan que son sostenibles porque ‘cuidan del medioambiente’. “No es suficiente. Los tres grandes pilares de la sostenibilidad son el respeto por el medioambiente, sí, pero también la equidad social y la economía”, aclara Pedro Catalá, Doctor en Farmacia y fundador de Twelve Beauty, y concluye: “hay que revisar bien los ‘estatutos’ de la sostenibilidad para determinar si lo son realmente o se trata de una estrategia de marketing para sumarse a la gran tendencia cosmética”.
Twelve Beauty, epítome de botánica, ciencia y respeto por la piel y el entorno
Experiencia botánica con ciencia pura y segura para la piel. Con esta sencilla frase se podría definir la esencia de Twelve Beauty. Cada fórmula ha sido diseñada con rigor y mimo, para brindar ese alivio suplicado por las pieles estresadas, sensibles y reactivas. Porque esa es la razón de ser y el leitmotiv que dio vida a esta firma que, no en vano, se ha cosechado la aprobación de los más exigentes en cosmética limpia.
Los criterios que se siguen para seleccionar los ingredientes que compondrán cada fórmula, se basan en su bajo impacto ambiental. Que se trate de subproductos provenientes de otras industrias, o plantas nitrófilas, como la malva (uno de los doce ingredientes preferidos de la marca, presente en muchos de sus productos), que crece muy rápidamente y apenas necesita agua.
“Es nuestra política evitar cualquier ingrediente raro, exótico o de bajo rendimiento en nuestras formulaciones. Por una cuestión tanto ecológica como empresarial. Este enfoque nos ayuda a reducir la escasez de ingredientes, tanto para nosotros como para nuestros competidores, y evitar la globalización, el cambio climático o el cambio de uso de la tierra”, desvela Pedro.
En la finca de Twelve Beauty se cultivan olivos autóctonos, que no solo ayudan a extraer CO2 de la atmósfera, sino que mejoran el suelo y benefician la biodiversidad y comunidad local. Se intenta comprar ingredientes locales y de proximidad para reducir lo máximo posible la huella de carbono. La energía utilizada es 100% renovable, mucha de ella generada in situ mediante paneles solares instalados. Se monitorea continuamente la cadena de suministro y se buscan proveedores con buenas prácticas ambientales y sociales.
El vidrio, la gran alternativa al plástico
“Nuestros cosméticos están envasados en vidrio Miron, también conocido como vidrio UV por su color oscuro que protege de la radiación. Y aunque es cierto que el vidrio tiene una alta emisión de CO2, al optar por Miron Glass, nos aseguramos de proteger nuestras formulaciones de la luz y la oxidación, garantizando que sus activos permanezcan frescos por más tiempo sin la necesidad de conservantes sintéticos agresivos”, mantiene Catalá.
“Para el packaging, utilizamos papel y cartón certificados FSC, sin cloro. Nuestro empaque secundario también está libre de cualquier recubrimiento de plástico, se utilizan tintas a base de soja, lo que garantiza que se puedan reciclar ampliamente”, concluye.
Up-cycling o supra-reciclaje: una fuente inagotable de activos cosméticos
La ciencia cosmética ha encontrado en el aprovechamiento de los residuos, especialmente alimentarios, una fuente inagotable de ingredientes naturales de alto valor cosmético. Es lo que las tendencias han denominado ‘Up-Cycling’ o reciclaje creativo. Unos residuos que de no reutilizarse, se desecharían generando un importante impacto ambiental.
Revalorizar ingredientes ricos en nutrientes para darles una segunda oportunidad. Porque es una de las premisas de Twelve Beauty: elegir ingredientes según el bajo impacto ambiental que generan. Un ejemplo: se ha optado por subproductos como la cera de grano spent (presente en Jojoba Quench Body Serum), un desecho que se obtiene del residuo que genera la malta en las fábricas de cerveza, muy rica en ácidos grasos Omega 6, que mejora la barrera cutánea y reduce el picor y otros síntomas de las pieles sensibles.
Unos residuos, por cierto, que se deben tratar como materia prima y no como un desecho, esto es lo que marca la diferencia en la calidad final del producto. Porque no se trata de modas sino de conciencia empresarial: producir más con el mínimo de recursos.
Envases de aluminio reciclado, el material del futuro
A pesar de la mala prensa que tiene el aluminio, lo cierto es que, en su versión reciclada, es una de las opciones más sostenible y seguras para la salud y el medioambiente ya que el aluminio se puede usar una y otra vez. Es el material para envases que más fácil se recicla. Es una excelente opción para proteger al producto de la degradación y es fácil imprimir directamente en el metal, ahorrando las etiquetas de plástico o vinilo.
Otra de las razones por las que el aluminio se puede considerar el material del futuro es porque protege contra la humedad y mantiene la temperatura de la fórmula. En el caso de Twelve Beauty, la compatibilidad entre el envase y sus formulas ha sido testada exhaustivamente. Además, dado que el aluminio es un material liviano en comparación a otros materiales, tiene un menor impacto en la huella de CO2 que conlleva el transporte.
Twelve Beauty ha apostado por el aluminio 100% post-consumo, polifacético y seguro, en sus últimos lanzamientos: Antioxidant Burst Shower Gel y Jojoba Quench Body Serum.
Poniendo un granito de arena…
Pedro Catalá “dona” parte de su tiempo a proyectos para la conservación de la biodiversidad, tanto en el Jardi Botanic de l’Universitat de Valencia, como en el CCB del Orto Botanico di Cagliari en Cerdeña. Además de ser un apasionado de la conservación de la flora. Aunque, como Pedro segura: “hago mucho hincapié en la felicidad de los empleados, para mí esa es la verdadera sostenibilidad”.
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